Las empresas familiares son la razón de ser de LORESTE. Nuestros principales clientes y nuestra gran especialidad. Llevamos décadas al servicio de las familias empresarias que luchan por mantener viva la llama emprendedora de sus fundadores. Ayudamos a prevenir conflictos en beneficio de la compañía y de la propia familia.
El buen gobierno de una empresa familiar puede ser más complicado que el de una sociedad anónima o una compañía que no tenga dentro a la familia. El plus de gestión de las emociones, la incidencia de la empresa en la familia y viceversa, o el plus de saber definir y cumplir los roles de cada miembro de la familia en su relación con la sociedad representan un tema sustancial. Si la empresa quiere perpetuarse, la familia empresaria debe regularse y planificar. Diagnósticos empresariales y familiares: Definición del marco de relaciones familia-empresa Relevo generacional y planificación familiar: Colaboración en la elaboración de Protocolos Familiares Definición y puesta en marcha de estructuras de gestión y de propiedad Asesoramiento en planificación y desarrollo de inversiones no estratégicas de la familia (family office) Creación, desarrollo y acompañamiento en consejos familia Participación en consejos de familia Participación en consejos de administración Estudio y valoración de procesos de ventas de la compañía
El protocolo familiar es el gran compromiso recogido por escrito de la familia empresaria que asume la importancia de mantener viva y cada vez más fuerte la creación del fundador. El protocolo recoge la concreción exacta de cómo debe discurrir la vida de los miembros de la familia empresaria respecto a la actividad de la propia empresa con el fin de evitar conflictos que afecten la imagen y la supervivencia del legado familiar. El protocolo es como una pequeña Constitución que se da la familia para proteger su principal tesoro.
La sucesión es el momento crítico de la empresa familiar. El 80% de ellas no supera la segunda generación. Los motivos pueden ser naturales por falta de relevo generacional, pero en muchos casos se deben a que ese momento no está planificado, sobre todo desde el punto de vista fiscal y de los papeles que deben jugar los diferentes miembros de la familia en la transición. La inestabilidad normativa en este ámbito y las diferencias tributarias por territorios hacen necesario un buen asesoramiento para salvar con garantías este momento de 'match-ball' empresarial.
La planificación, los protocolos y los planes de sucesión minimizan sustancialmente la posibilidad de conflicto, si bien no la eliminan al 100%. Pueden existir momentos en los que el problema desborde las medidas preventivas; no obstante las dificultades aparecerán seguro antes o después si la familia no ha sido precavida y ha tomado medidas. De cualquier manera, llegado el caso, la ayuda externa de un consultor de empresa familiar puede ser definitiva para reconducir la situación por el bien de la supervivencia y la progresión de la empresa. El consultor sabrá encontrar una solución de encaje legal para rearmar la relación familia-empresa y superar el conflicto.
Como soporte en los principales temas y decisiones críticas de la compañía. Para contraste de opiniones y aporte de otros puntos de vista. Para ejecutar proyectos comprometidos para la propiedad o la alta dirección.
Cuando desean tener un apoyo en un consejero externo de su plena confianza. Para poder delegar con confianza.